Inicialmente fue China, pero ahora se suman UE, México y Canadá a los aranceles adicionales a las importaciones de acero y el aluminio impuestas por la administración Trumph. 25% para el acero y 10% para el aluminio.
No es fácil saber que va a pasar porque la campaña proteccionista de la administración de Trumph tiene a las potencias mundiales en alerta. Ningún país va a permitir que se vea disminuida su posición competitiva en el comercio internacional. Cuando pensábamos que las negociaciones de EE. UU. con China estaban bajando el riesgo de una guerra comercial, las medidas anunciadas por el gobierno norteamericano de imponer aranceles de 25% al acero y 10% al aluminio proveniente de UE, Canadá y México, reactivaron las batallas de amenazas entre los países y todos están preparando la lista de represalias.
Mientras la Comisaria Comercial de la UE anuncia demandar a EE. UU. y China ante la OMC, el gobierno asiático considera que la decisión estadounidense de introducir aranceles es "contraria al consenso" que habían alcanzado y señaló estar dispuesto a luchar "hasta el final" si empieza una guerra comercial.
México contestó que le “pegará” a EE. UU. donde más le duele, añadiendo impuestos a diversos productos estadounidenses , entre ellos alimentos, como "piernas y paletas de cerdo, embutidos y preparaciones alimenticias, manzanas, uvas, arándanos y diversos quesos".
Coincidentemente, está guerra se da entre los países que concentran el 85% de las exportaciones de carne de cerdo (65% del comercio internacional). De los 54 USD por animal que perciben como retorno las procesadoras de cerdo, más de la mitad provienen de México, Canadá y China.
Fuente: Pork Checkoff
Las represalias que pueden tomar estos países por las medidas proteccionistas de Estados Unidos sin duda van a impactar a los productos de carne de cerdo, lo que eventualmente generaría un daño a los productores de cerdo norteamericanos que en el 2018 proyectaban aumentar su producción en 4,7%. Este crecimiento junto a la desventaja competitiva por mayores aranceles (producto de las represalias) va a complicar las exportaciones de EE. UU., obligándolo a reducir los precios internos para mantener la competitividad internacional.
Por otra parte, cualquier reducción en las exportaciones estadounidenses al mercado chino -producto de las represalias- será aprovechada por los países competidores. Cabe recordar que los países de la UE capturan más del 60% de las importaciones, y EE. UU. cerca del 30%, mientras que Chile alcanza el 8%.